Thursday, March 29, 2012

Vive Latino 2012 - 1

Camaradas, parafraseando al autor de un blog cuya maquinal liga encuentran en a la derecha, si alguien lee esto,espero que le sirva. Después de varios años de no publicar, decidí hacerlo.

El primero al que asistí fue en dos mil tres, cerraron los más fuertes del momento; la euforia propiciada por la sequía del año anterior había aumentado la expectativa. El enorme éxito, a pesar de la terrible logística que se tradujo sólo en la molestia de los que pagaron por estar ahí, llevó a los organizadores a concluir que el evento se debía hacer anualmente. El año siguiente, la organización mejoró, las cervezas, refrescos y aguas no se acabaron antes que el festival. La falta de exponentes taquilleros obligaba a que prácticamente todos repitieran; afortunadamente, se logró conseguir a uno de los más innovadores de los años recientes y a un mediano representante del estilo de moda. Se haría después costumbre llevar elementos angloparlantes; de no haberlo hecho, al segundo año uno ya habría presenciado todo lo que ahí se podría ofrecer.

En aquel primer año Molotov regresaba con fuerza estrenando Frijolero, Resorte se aprovechaba del éxito del nü-metal con una música decente dentro del género reciclando a un ex-miembro de Control Machete y Café Tacvba llenaba el Foro con un espectáculo armado y pensado con una unidad y continuidad inexistente en la mayoría de los expositores. Esta edición es recordada mayormente por la ausencia de líquidos después de las cuatro de la tarde dejando en segundo plano la actuación de esta banda. Cabe recordar que no sólo se habían terminado el agua, refrescos y las cervezas, también habían cerrado las llaves de agua en los baños. No fue gratuita la burla hecha por Radioactivo, el Festival Muere Latino.

Hace unos cuantos días fui por séptima vez al Vive. A pesar de la buena actuación que dio una vez más Café Tacvba, es triste pensar que nueve años después sigan siendo sólo ellos y Molotov quienes estén encargados de cerrar el llamado festival más importante de América Latina, a ver cuándo le dan este lugar protagónico a La Barranca. Este año, sin embargo, el contraste entre estas dos presentaciones fue notoria. Molotov ahora representó completamente lo que es la mayor parte del Vive Latino: bandas que buscan ganarse al público con base en comentarios que pretenden ser graciosos y una calidad interpretativa de mediana o baja calidad, acercándose a los paupérrimos niveles de Genitallica. Al parecer no ensayaron antes de subir al escenario, una actitud comprensible pero cuestionable en aficionados e inaceptable en profesionales.

Para evitar, o al menos menguar, la sobreexposición de las estrellas mexicanas se ha optado por recurrir a bandas provenientes de países anglosajones. Primero fueron The Mars Volta e ill niño quienes en parte entraban en el esquema de latino. A veces se ha intentado traer bandas sin la mayor trascendencia y a veces se ha acertado como con The Mars Volta, Jane's Addiction, Fatboy Slim o Deftones. A pesar de ser esta medida criticada porque los grupos no se ajustan al estereotipo de latino, tan defendido por muchos de aquéllos a quienes el simplista modelo reduce, ha sido bastante redituable (parece ser una conclusión razonable considerando que lo han hecho varias veces). Sería interesante saber qué porcentaje asiste al festival sólo por una o dos bandas extranjeras. Esta medida hace más evidente la diferencia abismal entre las bandas mundiales y las nacionales; por ejemplo, Los Estrambóticos parecían adolescentes cerveceros impresionables junto a Tokyo Ska Paradise Orchestra y Jane's Addiction, todos tocaron el mismo día en el mismo escenario.

El Vive Latino es un excelente escaparate para mostrar la raquítica producción o, mejor dicho, lo cerrado del círculo que forma el rock mexicano. El continuo reciclaje de bandas y de miembros de esas bandas en grupos de relleno hace que crezca la suspicacia sobre la existencia un cacicazgo en este ámbito. Algunos años atrás, Rubén Albarrán portaba en unos premios MTV una playera con la leyenda “siempre tocamos los mismos”, también aplica al Vive Latino que en muchas ocasiones no ha sido más que un homenaje al refrito. Hay interminables grupos con los integrantes de Fobia, Molotov, Café Tacvba girando en un eterno carrusel del tedio musical (Mongol Gol Gol me viene a la mente), sin olvidar las bandas que siguen fielmente el sonido y la imagen de Lost Acapulco.
Un gran cúmulo de grupos que esforzándose tanto en ser chistosos terminan arrancándole una sonrisa nerviosa a cualquiera que valore su tiempo y su dinero. El reciclaje de grupos no se limita a lo antes mencionados, el Vive Latino se ha encargado de resucitar más muertos que las esferas del dragón. Un punto a favor de esta actitud es que una de las presentaciones más emotivas y cuidadas que he visto en este foro ha sido la de Los Tres. Por otra parte, estuvo Tijuana No. Esto lleva a extremos que sólo la nostalgia causada por el desalentador presente puede producir al casi igualar a Caifanes con Led Zeppelin o Queen.

A pesar de todo, desde aquel lejano 2003 el Vive Latino ha mejorado. No sólo ha sido posible ver a bandas importantes a nivel mundial con un espectáculo completo, también la logística se ha superado e incluso se ha aumentado la cantidad de escenarios sin que el sonido de uno afecte a otro. Desafortunadamente, desde hace un par de ediciones el festival dura tres días que conllevan un tremendo abuso de relleno sanitario melódico. Incluso manteniendo los altos precios, la calidad subiría si se eliminaran a aquellos globos inflados por quienes claman tener a todas las alternativas. Esperemos, pues, un mejor Vive Latino el 2013.

Camaradas, si todavía están ahí, espero que les haya gustado la entrada. Habrá más sobre este tema, todavía hay más cosas por decir.